Yacos


El yaco
Psittacus erithacus


    Si alguien nos dice que ha visto un loro en una casa  que habla por los codos, travieso, juguetón, que canta canciones, que baila y no se cuentas cosas más, casi seguro que estamos hablando de un yaco.
Es "el loro" por antonomasia, el que todo el mundo quiere tener como mascota. Es con diferencia el loro que más palabras, frases  y sonidos consigue imitar y salvando sus manías es también uno de los más cariñosos con sus cuidadores. En mi aviario me sucede muy a menudo que tengo que echar mano al móvil para ver si es él quien suena o es un yaco el que me está “vacilando”, o tengo que mirar si quien ladra es el perro o es un yaco el que lo está imitando.
   Es un animal longevo, se datan casos de yacos de más de 60 años. Los que han sido criados por los padres raras veces se amansan como para conseguir de ellos una mascota manejable que se deje tocar sin riesgo a recibir un buen picotazo. En cambio los criados de forma manual, (papilleros) son mansos en extremo siempre que se mantengan unos lazos estrechos y cotidianos con ellos.
   En su estado salvaje vuelan por los bosques del Africa Central y Occidental, Costa de marfil, Angola, El Congo, Tanzania, Kenia, Uganda y algunas islas del Golfo de Guinea. Hay dos subespecies  claramente diferenciadas, el mas grande y abundante, Psittacus erithacus erithacus o yaco de cola roja y el Psittacus erithacus thimer o yaco cola vinagre bastante mas pequeño y escaso.
  En cuanto al estado en el que se encuentra en libertad han sufrido verdaderas y encarnizadas cacerías que lo han llevado al borde de la extinción. Es por ello que desde el día 2 de enero de 2017 se considera especie amenazada, por lo que se incluye en el Apéndice 1 del convenio CITES . Significa esto que por ley está prohibida su exportación desde los países de origen ademas de la prohibición de la cría y comercialización, salvo que los ejemplares procedan de centros de cría autorizados y dispongan de la documentacion extendida por las autoridades competentes en la materia.
   Necesitan ejercicio diario para no coger sobrepeso, una alimentación equilibrada a base de fruta, semillas y pienso, agua fresca y entretenimiento que bien pudiera conseguirse con algún que otro juguete.
   En lo referente a concursos ornitológicos rara vez veremos estos animales expuestos, somos un número pequeño de criadores los que a estas especies nos dedicamos y en muchas ocasiones por diferentes motivos no nos animamos a enviarlos a concursar. Se da el caso de que la mayoría de jueces de psitácidos con los que contamos jamás han tenido la oportunidad de enjuiciar un yaco; yo espero que esto sea simplemente cuestión de tiempo y que poco a poco nos vayamos animando a meter ese tipo de animales en los diferentes concursos ornitológicos. Ahí, además de compartir nuestra afición con el resto de aficionados, daremos la oportunidad de dar a conocer otra forma de ver la ornitología.
   En cuanto a la reproducción de estos animales tenemos noticias de lo más dispares. Desde los que a las primeras de cambio han hecho buenas migas entre macho y hembra y en pocos meses han conseguido criar unos pollos, hasta los que no crían en un montón de años o nunca. 
   Son animales sin dimorfismo sexual, quiere decir esto que no encontramos claras diferencias entre machos y hembras, por lo que tendremos que recurrir a endoscopia o sexado por ADN para determinar con seguridad cual es macho y cual hembra.
    
   Una vez hayamos conseguido emparejar a un macho y una hembra les facilitaremos un cajón a modo de nido con unas dimensiones que les permitan alojarse sin apretujones la pareja y dos o tres pollos. Un nido de base 30 por 30 cm y una altura de 60 o 70  será suficiente. La entrada la situaremos en la parte alta del nido con un diámetro aproximado a los 13 cm.; un trozo de malla metálica clavada bajo esa entrada en el interior a modo de escalera y una cama de viruta limpia de unos 8 cm. de espesor. Tanbien seria conveniente dotar a ese nido de la correspondiente puerta de control que nos servirá para tener acceso a las crías. Hay incluso quien les coloca mirillas de las puertas para controlar las puestas sin tener que abrir el nido y así evitar molestar a la pareja. Ojo con el material que utilizamos para preparar ese nido, hay que tener en cuenta que los yacos tienen muchísima fuerza con el pico y si les ponemos un material demasiado blando, en dos días se comerán literalmente gran parte del nido con el riesgo añadido de que se puedan escapar. Hay quien incluso llega a rodear por el exterior esos nidos con malla metálica para evitar posibles fugas, llegado el caso de que los loros lo destruyan.
    Lo que si es una norma fija es que raras veces admiten de buen grado el manejo de los nidos cuando pretendemos criar con ellos. Necesitan tranquilidad e intimidad, o de lo contrario nos encontraremos con comportamientos agresivos hacia los cuidadores y lo que es peor, contra las propias crías a las que mutilarán sin contemplaciones si no se les da la tranquilidad e intimidad necesaria.
La puesta de los huevos tiene lugar casi siempre en días alternos y generalmente a última hora de la tarde. Suele estar compuesta por tres o cuatro huevos de cáscara completamente blanca; la incubación se alarga unos 28 o 30 días y casi siempre está por completo a cargo de la hembra. Los pollos nacen con un ligero plumón blanco que les mantiene la temperatura, aunque es normalmente la hembra la que colocada sobre ellos casi todo el día los mantendrá calientes y protegidos. Cuando está en esta situación raras veces sale del nido y si el macho cumple con su trabajo le llevará comida suficiente para no tener que abandonar el nido más que para defecar. He comprobado personalmente que algún macho llega incluso a tumbarse sobre los huevos y alimenta a las crías desde el primer día. 
   Tambien es aconsejable mirar el estado de los huevos pasados unos diez o doce dias de incubación para saber si están o no fecundados.


   Las crías nacen con un peso que ronda los 12 gramos, cogen peso rápidamente y en cuestión de quince días están ya por los 110 gramos. Sobre los 20 días es hora de anillarlos con anillas de 11 mm. de calibre interior y es ese momento el apropiado para comenzar la tarea de la cría a mano si lo que se pretende es conseguir unos yacos mansos para mascota.
Hay que procurar en lo posible que estos primeros días sean los padres los que saquen adelante a la prole, pues está comprobado que lo que los padres les aportan junto con la papilla regurgitada les dará las defensas necesarias para salir adelante sin problemas. Un pollo criado a mano desde el primer día de vida será mucho mas delicado y propenso a coger cualquier infección que le ocasionará graves problemas y en muchos casos la muerte.
Nos quedan por delante unos dos meses y medio de papilla cada cuatro horas;  tendremos que mantenerlos a una temperatura que ronde los 30 grados con un nivel de humedad en el ambiente entre el 60-70 %. Poco a poco, a medida que se van emplumando, iremos bajando el aporte de calor para llegar a la temperatura ambiente y así mantenerlos ya fuera de la criadora. Yo les doy papilla el primer mes con jeringuilla y a partir de ese mes y medio de edad lo hago con una cucharilla a la que le he doblado los bordes. Hay quien los alimenta con sonda hasta el buche, pero según conversaciones mantenidas con criadores veteranos, estos loros son más tardíos a la hora de emanciparse, si bien es cierto que la operación de empapillado se hace con mucha más rapidez y comodidad para el criador, yo aconsejaría que esas técnicas de empapillado las dejáramos para gentes experimentadas en estas lides. Una vez emancipados no habrá diferencias entre los alimentados a jeringuilla o cuchara y los alimentados con sonda. 
   El ritmo de administración de papilla lo marca siempre el pollo, pero ¡¡cuidado!! a veces el hambre les hace ser muy tragones e impetuosos, hay que tener mucho cuidado con esto, darles tiempo a que respiren administrando papilla sin prisas, y nunca le obliguéis a tragar más papilla de la que quieran, es muy fácil que una simple gota de papilla se vaya para las vías respiratorias y si esto sucediera la muerte del pollo es casi inmediata, es solo cuestión de segundos.
Es muy conveniente y a la vez orientativo controlar el peso diario de los pollos, ese dato nos dará una información muy valiosa, pues un loro sano irá ganando peso día tras día en proporción a lo que la comida le aproveche; por el contrario un pollo que no gana peso a cada día que pasa nos informará de que algo no va bien por lo que tendremos que tomar las medidas necesarias para solucionar el problema. En mi caso esa operación de pesado diario la realizo siempre antes de la primera toma del día, con el buche completamente vacío. Apunto esos datos en una ficha de control que me irá diciendo la progresión de pollo junto con las observaciones que considere a destacar. Ese dato del peso es también una buena guía para saber cuanta papilla le administraremos por toma. Aquí cada maestrillo tiene su librillo, hay quien lo hace a ojo, y hay quien como yo lo controla relacionado directamente con el peso del animal. La norma que yo aplico es dar el 10 % de su peso en gramos trasladado a CC. de papilla, de tal manera que si un loro pesa a primera hora de la mañana 80 gramos le administraré en cada una de las tomas del día 8 CC de papilla, si el peso es de 140 gramos 14 CC de papilla y así sucesivamente. Si todo va bien al día siguiente pesarán sobre 90 y 150 gramos con lo que tendríamos que dar 9 y 15 CC. de  papilla respectivamente.
   Hay que tener en cuenta que para dar papilla de nuevo es indispensable que el pollo  haya vaciado por completo el buche, de no ser así dilataremos el tiempo entre toma y toma, y si aun así el buche no se vacía por completo es síntoma de que algo no va bien. En mi caso prefiero pecar de separar las tomas que abusar de la buena marcha del buche para que este tenga sus tiempos de descanso completamente vacío. Para calcular ese tiempo suelo controlar los primeros días el tiempo que tarda en vaciar el buche y le doy un margen de una hora a mayores desde ese momento. Para que os hagáis una idea, a un pollo de yaco de 25 días con un peso de 240 gramos le doy 24 CC. de papilla cada cuatro horas desde las 8 de la mañana hasta las 12 de la noche. 
  En la imagen de la izquierda vemos un pollo de yaco de 25 días de edad y un peso de 250 gramos con el buche completamente vacío. A la derecha el mismo pollo después de ingerir 25 CC. de papilla.
 










    



   La papilla la prepararemos con agua muy caliente. Yo hiervo una poco de agua en el microondas y la añado a la “harina” según la cantidad que necesite en cada toma para conseguir una papilla con una densidad similar a la del yogur líquido. Hay que revolver hasta conseguir una textura cremosa y  enfriarla hasta que llegue al punto justo en el que no queme, ese es el momento de dar la papilla al pollo. Si lo hacemos antes le quemaremos el esófago o el buche (si le damos la papilla con sonda) y si lo hacemos cuando la papilla esta demasiado fría  será indigesta, con lo que el pollo no vaciará el buche hasta la siguiente toma y provocaremos un serio problema. La temperatura de la papilla se controla con los labios o con el interior de la muñeca, en el momento justo que ya no queme se la doy a los pollos. Aquí también hay un pequeño detalle sobre la aplicación de papilla por sonda; si damos la papilla con jeringuilla o cuchara y está demasiado caliente, el pollo la rechazará con sacudidas enérgicas de la cabeza a un lado y otro indicándonos que algo no va bien, en cambio si se le damos con sonda no tendrá esa sensación porque la papilla irá directamente al buche, con lo que si la papilla estuviera muy caliente le causaremos una quemadura que podría incluso llegar a provocar una perforación de buche que casi con toda seguridad acabaría con la vida del pollo.
   Los utensilios para dar la papilla los mantendremos esterilizados en todo momento; de no ser así podríamos ocasionar una infección que llevaría al traste nuestro trabajo y por ende la vida del pollo. Es muy práctico recurrir a las pastillas esterilizadoras de las que se utilizan en el esterilizado de biberones para los bebés, las encontraremos en cualquier farmacia. Para esto dispondremos de un recipiente con agua al que le habremos echado una de esas pastillas esterilizadoras y en el que mantendremos sumergidos todos los utensilios que necesitamos, jeringuilla, cuchara, vaso etc. Tendremos que renovar el agua diariamente y mantener en todo momento todo en perfectas condiciones de higiene y esterilización; todas cuantas medidas tomemos en este sentido serán bienvenidas, pues eso nos garantizará en buena medida que los pollos se desarrollen sin tropiezos y consigamos llevar a buen puerto nuestro trabajo.
   Así, día a día veremos como los pollos van ganando peso y se van emplumando. A medida que se van cubriendo de pluma iremos bajando cada dos o tres días un grado de temperatura de la criadora (en otro artículo hablaremos de este aparato) y en un periodo de unos 15 o 20 días, una vez el pollo esté completamente emplumado, habremos conseguido mantenerlo a temperatura ambiente.
   A poder ser sería conveniente alojar a los pollos siempre en compañía de alguno de su especie o si eso no pidiera ser, de otra especie de tamaño similar. Eso hará que el pollo sea más sociable con otros animales, al tiempo que le dará seguridad y un desarrollo más acorde con lo que se produciría en una cría natural. Es un error mantener a los pollos independizados en recipientes por separado aunque no se trate de animales de la misma especie, pero habrá que tener en cuenta el tamaño, porque si las diferencias de crecimiento son muy grandes podríamos ocasionar que un pollo aplastara a otro.

    Cuando el animal ha llegado a su casi total desarrollo, (para eso tendremos que documentarnos sobre la especie que estamos criando), en el caso de los yacos mas o menos cuando el pollo alcanza un peso que ronde los 450 gramos, tendremos que ir distanciando las tomas de papilla aumentando ligeramente la cantidad, (yo lo que hago es repartir el total de papilla de todo el dia entre las tomas que daré a partir de este momento, o sea, que si antes le daba 5 tomas de 40 cc. que en total suman 200 cc, ahora repartiré esos 200 cc en las cuatro o las tres tomas del dia) a la vez que le facilitaremos el acceso a pequeños trozos de fruta para que se vayan acostumbrando a comer por si solos. También les facilitaremos un recipiente con agua fresca a diario y otro con semillas y pienso. De todas formas el propio loro nos irá indicando que debemos esperar más tiempo entre toma y toma pues dejará de pedir y se negará a tomar papilla si no tiene hambre; recordad que a un loro sano nunca hay que obligarlo a tomar papilla si él  no quiere. Primero eliminaremos una de las tomas diarias, en unos días eliminaremos otra toma mas, daremos solo tres tomas al día una buena temporada, mañana medio día y noche. Pasados los días, y según vayamos viendo que los pollos van tocando a la comida que les facilitamos, podemos eliminar la toma de medio día. Ya estamos solo en dos tomas, mañana y noche. A medida que el pollo va comiendo por su cuenta observaremos que ya no nos pide con tanta insistencia papilla, no hay que forzarlo a comer papilla, si la rechaza no insistiremos y eliminaremos también la toma de la mañana. Por último, y tras unos dias con solo una toma de papilla a la noche, tendremos que eliminar también esa toma, controlando en todo momento que el pollo come la comida que le facilitamos. En esos días es normal que pierda algo de peso, pero veremos como poco a poco se va formando, se le va cerrando el buche y ya no nos pide papilla, ya tenemos a nuestro pollo emancipado.  En la imagen vemos dos pollos con 41 días y 400 gramos de peso. Es hora de distanciar tomas aumentando un poco la cantidad en cada una. Ahora cada 5 horas y 50 o 55 CC. de papilla; en unos dias pasaremos a tan solo tres tomas, mañana, mediodia y noche.
En esta fase del empapillado que llamamos destete, yo utilizo la cuchara para dar de comer a los loros, asi tienen mejor sensación de saciado al tiempo que aprenden a utilizar el pico.


   Leído así todo esto, pudiera parecer que la reproducción y cría de los yacos es un camino de rosas y que con poner un macho y una hembra en una jaula tenemos todo solucionado; nada mas lejos de la realidad, pues salvando algunas excepciones, en la mayoría de los casos nos encontraremos con innumerables problemas que a muchos propietarios les han hecho reconsiderar la decisión de poner una pareja de yacos a criar. Problemas que empiezan con el emparejamiento, que en muchos casos van desde la agresividad entre los componentes de la pareja que puede acabar con la mutilación o muerte de alguno de ellos, en otros la pasividad y en otros muchos el hecho de soportarse uno al otro sin ponerse a temas de cría en la vida. Se han dado muchos casos en los que la pareja de yacos simplemente conviven el uno con el otro y año tras año pasan su existencia sin que entre ellos aflore el más mínimo instinto de cría. Incluso parejas que se pasan la vida metidas en el nido, para desdicha del propietario que no los ve en todo el día y no puede disfrutar de su presencia, nido en el que jamás aparece un huevo que nos pueda atisbar la más mínima esperanza de tener una futura pareja reproductora.
   Problemas que no acaban aquí, y que aun después de haber conseguido que macho y hembra se comporten como una pareja de cría, siguen apareciendo con el abandono de las puestas una tras otra, la ruptura de los huevos, el abandono de la prole nada mas nacer, la falta de alimentación a los pollos, el canibalismo de los padres hacia los pollos produciéndoles graves mutilaciones y en muchos casos la muerte, y un sin fin de problemas que podrán aparecer en cada puesta.
   Como todo ser vivo los yacos tienen un comportamiento en muchos casos impredecible, y lo que hoy es una pareja reproductora sin problemas, mañana se puede tornar en una pareja no apta para la cría. Hay que decir a este respecto que los problemas que se puedan presentar a la hora de criar con los yacos, así como con cualquier otro psitácido, en muchas ocasiones vienen dados por una mala actuación de los propietarios o cuidadores que provocan con un mal manejo que los animales no tengan la seguridad y tranquilidad necesaria que les llevará a comportarse de forma extraña y agresiva.
   Además de todo esto está el comportamiento inexplicable de todo ser vivo que en el caso de los yacos se puede manifestar por cosas tan insignificantes para nosotros como el mero hecho de cambiar un nido de ubicación. Parejas que en años no han criado se han puesto a criar año tras año sin problemas una vez les hemos cambiado el nido por otro que les agrada mas, o por el hecho de cambiar de propietarios y de haber sido trasladados a otro aviario, cosas que en muchos casos se nos escapan a cualquier explicación lógica pero que suceden en el día a día con este tipo de animales.
   Además de eso nos podemos encontrar con problemas que vienen dados por la poca experiencia que los propios criadores tienen y que provocarán problemas de salud y de comportamiento en los pollos. Problemas en el vaciado de buche de muchos pollos,  problemas a la hora de emancipar y sociabilizar a los animales que les marcarán de por vida con comportamientos no deseados y un sin fin de cosas que se nos presentarán en cada momento.
   Por eso lo mejor que podemos hacer antes de proponernos  poner a criar una pareja de estos animales es documentarnos todo lo que podamos, valorar los pros y los contras; decidir si estaremos dispuestos a sacrificar otras cosas por atender a estos animalitos día a día, decidir si estaremos dispuestos a dedicarles el tiempo y la constancia necesaria cuando tengamos que dar papilla cada dos, tres o cuatro horas un día tras otro y por último y no menos importante tener claro lo que haremos con la futura prole ante la posibilidad de encontrarnos con unos animales con los que no sabemos que hacer una vez han llegado a su independencia.
   Si no tenemos claros todos esos puntos anteriores lo mejor será dejar en manos de otros criadores esas tareas y que si lo que deseamos es un yaco como mascota lo adquiramos una vez emancipado. Si nos decidimos por esta opción nos evitaremos una serie de problemas que en muchos casos provocarán el ir y venir de muchas parejas reproductoras que pasan de mano en mano y de aviario en aviario toda su vida por el capricho de gentes que no se piensan dos veces la responsabilidad que conlleva tener este tipo de animales bajo nuestros cuidados.
   Pudiera parecer que soy demasiado tajante con estas afirmaciones y consejos, pero estan basados en la realidad de lo que con demasiada frecuencia sucede. Uno ve por internet la cantidad de yacos que se ponen a la venta y los precios de los mismos y lo primero que se le viene a la cabeza es que esto es un buen negocio y que metiendo una pareja de yacos a criar conseguirá unos suculentos ingresos extra. Categóricamente eso es rotundamente incierto porque detrás de esos yacos hay infinidad de gastos y sinsabores que como en el 99,9 % de las aficiones en lugar de beneficios no nos ocasiona mas que gastos.

   Ya por último me permito un pequeño consejo a quien se decida a comprar un animal de estas características; escapemos de las gangas, en un porcentaje elevadísimo estas vienen dadas por gentes desaprensivas que capturan los loros en libertad exclusivamente para negociar con ellos, sin importarles lo mas mínimo las condiciones en las que vivirán el resto de sus días, que en muchos casos serán bien pocos; os aconsejo que no compréis nunca loros procedentes de importaciones. Buscar siempre al criador serio y responsable que os de toda la información posible de la procedencia del animal, buscar un loro procedente de cría en cautividad y orientada a que ese animal se convierta en mascota, exigir siempre la documentación legal del animal donde deberá figurar que el mismo y sus parentales se encuentra registrados en el SOIVRE, (este registro es el único que la administración reconoce para que un loro sea completamente legal),  pues de lo contrario además de no llegar a tener nunca esa mascota que deseabais, estaréis colaborando con la aniquilación de la especie. Hoy en día hay criadores especializados que os orientarán en todo lo que necesites saber sobre estos encantadores animales para que podáis disfrutar de vuestra mascota durante muchos años, que os darán un montón de alegrías y buenos momentos, a la vez que el propio loro disfrutará con vuestros cuidados.